jueves, 17 de noviembre de 2011

Del blanco y negro al gris: Apología de la "tibieza"

Hoy, aunque lo pueda parecer, no vengo a hablar de cine.
Hoy quiero reflexionar sobre lo fácil que resulta "no mojarse", y saber "quedar bien" sin decir o hacer nada.
La verdad es que estoy un poco harta, por no decir hartísima, de que, en estos tiempos que corren, se prime o se premie, o se valore, a la gente que no dice lo que piensa. Entiéndase bien, no estoy diciendo que, tras la excusa de la sinceridad, uno se permita ofender impunemente, pero, hay casos, y estoy pensando, por ejemplo, en los políticos en campaña que nos inundan, en los que hay que definir claramente la postura sobre cada uno de los temas de los que habla.
Es por ello, que, algunas cosas, o la determinación o medidas a tomar sobre ellas, son, simplemente, en blanco y negro. O sea, se está a favor o en contra. Sí o no.
Además también hay cosas de otros colores, y es necesario que determinados personajes nos cuenten de que tono las ven, y que no nos engañen con posiciones "tibias" que quieran contentar a todos, a los unos y a los otros, sino que nos digan, claramente, su opinión.
De este modo, tendremos los referentes y medios para darles su apoyo o no, y poderles, si no cumplen sus promesas, reclamarles, o aplaudirles si lo hacen.
Estoy harta de los grisaceos y de la "apología de la tibieza" como valor de lo "moderado" que nos rodea.
Y esto, extrapolado a la vida cotidiana, también me cansa. La gente que nunca te dice nada con contenido. Los que se extienden en frivolidades o conversaciones insustanciales. Los que nunca se sabe de que "palo" van, y no les importa darte la patada cuando no les interesas. Los que no se implican nunca. Y nunca dicen lo que les gusta y lo que no soportan. Los "políticamente correctos" todo el tiempo. Los hipócritas de carrera.
Yo creo que ya va llegando el momento en que la gente debe reaccionar. Pero no sólo quedarse en protestar por todo, o estar de acuerdo con todo.
Hay que sentarse a pensar qué acciones concretas pueden llevarse a cabo y no quedarse sólo en palabras vanas, y eso que esos últimos, los de las palabras vacías, con,  no se sabe sino que se les supone, buenas intenciones, al menos parece que se involucran y no se quedan callados y quietos.
En fin, me voy de una cosa a otra.
Hoy sólo quería decir que el gris es un buen tono para combinar, pero que no podemos pintar de grises el mundo.


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